El día del matrimonio de Blancanieves y el Príncipe James, la Reina Malvada llega la ceremonia amenazando y lanzando una terrible maldición sobre todas las personas presentes. Un tiempo después, Blancanieves, ya embarazada, visita a Rumpelstiltskin, un hechicero que predice que la maldición de la malvada reina llevará a todas las personas a un lugar terrible, en el que no hay finales felices...

Emma Swan tendrá la sorpresa de su vida, justo cuando Henry, el hijo que dio en adopción 10 años atrás, llegue a la puerta de su casa. Regresar al chico a su madre adoptiva se volverá una tarea complicada, cuando Henry le revele una extraordinaria teoría a Emma. Todos los habitantes de Storybrooke, Maine, son algún personaje de un cuento de hadas que está bajo un hechizo, y Emma, la hija de Blancanieves y el Príncipe James, es la única que puede salvarlos.

martes, 26 de junio de 2012

Hadas y duendes, madrastras y ogros están de regreso en el cine



os cuentos de hadas están de moda. Películas y series de televisión están proporcionando versiones actualizadas, alteradas, a veces alternativas o paralelas, de esos clásicos relatos.
La noticia más reciente es la de que Angelina Jolie interpretará a la reina malvada en una versión con actores de la empresa Disney de La bella durmiente, cuento que la misma productora llevara a la pantalla en los años cincuenta en formato animación. Blancanieves (Espejito, espejito, Blancanieves y el cazador), Caperucita (La chica de la capa roja), y otras heroínas del género han tenido igualmente sus recientes versiones fílmicas, y por lo menos dos series de televisión (Once Upon a Time, mucho más libremente Grimm) han visitado con criterio revisionista el universo de las hadas, las brujas, los duendes y los elfos.
El propio título de Grimm, que mezcla recursos de "policial de procedimiento" con la historia de un protagonista dotado de poderes especiales, integrante de una inmemorial estirpe de guardianes de la humanidad contra aterradoras entidades fantásticas, establece una conexión con los germánicos hermanos Grimm, eruditos recopiladores de relatos tradicionales cuya primera publicación en el rubro Kinder und Hausmarchen ("Cuentos de niños y del hogar") cumple en estos días doscientos años.
Un dato que conviene retener: los hermanos Grimm no eran literatos y mucho menos autores de cuentos infantiles, como se cree con frecuencia. Su trabajo consistió en recopilar tradiciones folclóricas, muchas de las cuales difícilmente tendrían hoy la aprobación de comités de moralidad o partidarios de la corrección política. Su edición de 1812 no tiene ilustraciones, abunda en notas al pie, y es una acumulación de historias macabras en las que no falta un componente sexual y donde, a diferencia de variantes suavizadas posteriores, no siempre sus héroes y heroínas (y los lectores) son gratificados con un final feliz: su Rapunzel no es una casta doncella sino que ha quedado embarazada del príncipe bastante antes del final de sus andanzas, Caperucita y su abuela no son salvadas a último momento por el heroico cazador sino que el feroz lobo se las almuerza debidamente. Otra variante: algunas de las peores maldades no son cometidas por pérfidas madrastras sino por las propias madres de las heroínas (no hay madrastra en su versión de Blancanieves, y son los padres los que resuelven perder a sus hijos en el bosque en Hansel y Gretel). Quienes se quejan a veces por las modificaciones que muchos de esos relatos han sufrido en películas modernas deberían saber que en realidad fue Walt Disney, con su optimismo un tanto dulzón (aunque también con su formidable inventiva cinematográfica) el verdadero revisionista.
Conviene recordar que un siglo antes de los Grimm estuvo el francés Charles Perrault, quien también espigó en el universo del cuento popular y proporcionó su propias versiones de Blancanieves, la Bella Durmiente y la Cenicienta (que originalmente fueron historias populares francesas y acaso llegaron a Alemania, y allí las tomaron los Grimm, a través de protestantes emigrados luego de la revocación del edicto de Nantes). Perrault retrató con rasgos de perfecto antihéroe canalla al Gato con Botas e hizo perseguir por un rey incestuoso y pedófilo a la joven heroína de Piel de asno. Muy infantil todo.
Queda en pie la pregunta de por qué esas historias están resucitando con tanta frecuencia en la televisión y el cine de los últimos tiempos. La explicación más obvia, pero no suficiente, es la de que la industria se ha quedado sin ideas y copia cualquier cosa que se le pone por delante. Otra razón, más profunda, tiene que ver con la fascinación permanente de ciertos arquetipos muy insertados en el inconsciente colectivo, esa misma que hace que los niños quieran que les cuenten noche tras noche un misma historia antes de dormir.
Por supuesto, muchos de los relatos han sido "actualizados" por el cine y la televisión, y aquí comienzan las polémicas. Jack Zipes, especialista en cuentos de hadas y traductor al inglés de la obra completa de los Grimm, ha cuestionado por ejemplo las dos recientes versiones de Blancanieves (Espejito, espejito y Blancanieves y el cazador) acusándolas de "falso feminismo".
"No tiene sentido", se queja Zipes. "Presentan el mundo como un lugar de conflicto entre mujeres en vez de ponerse a pensar lo que es ser mujer en un mundo aún dominado por los hombres. No hay feminismo acá, sino todo lo contrario: si algo dicen estas películas es que para salvarse hay que ser como hombre y salir a luchar".

Por qué la vuelta

Maria Tatar, profesora de Harvard con dos libros dedicados a la obra de los Grimm, señala que Hollywood se ha inspirado siempre en los cuentos de hadas (Mujer bonita, con Julia Roberts es La Cenicienta). Ahora parecen volver las historias de rivalidades madre-hija, y eso explicaría por qué reaparece Blancanieves.

Fuente: El Pais

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